Se trata de un nuevo paso en la guerra contra el aborto que se libra a nivel estatal desde que el Tribunal Supremo de EE.UU. retiró en junio las protecciones federales a ese derecho, lo que ya ha dejado a más de 20,9 millones de mujeres en edad reproductiva sin acceso a ese procedimiento.
Las nuevas leyes no cambian la realidad sobre el terreno en Texas, Idaho y Tennessee, que ya prohibían el aborto a las seis semanas de embarazo y donde la mayoría de las clínicas dejaron de prestar esos servicios tras el fallo del Tribunal Supremo.
Sin embargo, sí establecen o aumentan las multas y penas de cárcel para el personal médico, en un intento por intimidarlo, según las organizaciones defensoras del aborto.
CADENA PERPETUA EN TEXAS
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Fuente: Abc Color – www.abc.com.py