En nuestra cultura tradicional, el perro casi forma parte de la familia. Tiene un rincón reservado en nuestras casas, lo bautizamos (algunos hasta tienen un nombre compuesto), y allí están compartiendo con nosotros nuestros estados de ánimo. Y es tal la forma en que nos mimetizamos, que de pronto viendo al perro se puede adivinar cómo está de humor el dueño. Los paseamos por parques, plazas y calles los feriados o cuando disponemos de tiempo, y esto forma parte del ritual doméstico….
Leer la nota completa: Aquí
Fuente: Abc Color – www.abc.com.py
