Tras el jepilla del cuerpito de un bebe’i de 8 meses, denunciado ante los polis por las propias autoridades de una comunidad indígena, upéi se sospechó de su propia madre, una adolescente de 15 años quien terminó confesando el filicidio. ¡Che Dios!
El terrible suceso ocurrió en la zona de Capitán Bado, departamento de Amambay, luego de que los lideres hayan hallado a la criaturita muerta entre unos matorrales.
La joven confesó el crimen al líder de su comunidad, revelando que…
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Fuente: Diario Popular – popular.com.py
