Los carteles de abrocharse los cinturones estaban encendidos el avión. Las azafatas comenzaban con esa “Macarena” pre vuelo para advertir a todos los pasajeros sobre las medidas de seguridad que debían tener en cuenta. Uno de los que observaba era el fotógrafo Imanol Zuaznabar, quien tomaba el vuelo para ir a ver a los suyos.
Como era de esperarse, mientras miraba las instrucciones de reojo ajustaba los detalles de la máquina que tenía con él para hacerse con instantáneas del despegue. Cuando el avión comenzó a tomar altura y superar la línea de las nubes, sus pupilas se dilataron más. El asombro se apoderó de su cerebro que alcanzó a reaccionar para avisarle a los dedos que había que apretar ese botoncito negro que sobresalía por encima de la cámara.
Es que una “gloria” se había formado en el cielo y no…
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Fuente: Diario Crónica PY – www.cronica.com.py