Tras el paseo, el perro suele tener mucha sed y rápidamente se acerca a beber de un charco. La experta en perros y consultora de comportamiento animal Nadja Kopp advierte que el agua estancada está llena de bacterias e impurezas que pueden ser perjudiciales para las mascotas.
Por eso, los dueños deben evitar que sus perros beban agua de charcos.
En las calles con coches estacionados, por ejemplo, siempre existe la posibilidad de que un poco de aceite del motor se mezcle con el agua. En los caminos de tierra, el abono lavado puede ser un peligro para la salud.
Además, al beber de esas aguas pueden absorber los parásitos y los huevos de gusanos de los excrementos de otros animales.
Riesgo de infecciones peligrosas
A esto se suman las bacterias provenientes de la orina de ratas y ratones que podrían transmitir una infección de…
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Fuente: Abc Color – www.abc.com.py