La brisa matutina trae a París consigo ecos de leyendas pasadas. ¿Quién podría olvidar la noche de Atlanta 1996, cuando Muhammad Ali, con el pulso tembloroso pero el espíritu inquebrantable, encendió el pebetero olímpico, dejando una llama eterna en nuestra memoria? O el arco lanzado por Antonio Rebollo en Barcelona 1992, un tiro preciso que unió la historia y la esperanza en un solo momento.
En Londres 2012, la Reina Isabel II se lanzó, contra todo pronóstico, desde un…
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Fuente: Abc Color – www.abc.com.py