Sonaba la polca de fondo, cuando de pronto se entrometieron el batir de palmas y los acordes del “que los cumplas feliz, que los cumplas feliz”. Apareció la torta y el número identificatorio: 104. Más que nunca: toda una vida. Doña María Librada Monzón, emocionadísima, con una sonrisa de niña, contuvo el aire y antes de decir algo más, pensó su propia plegaria: “Doy gracias a mi destino, gracias a la vida, es un premio enorme poder vivir este momento. Gracias. Me encanta que me canten”.
Esta, fue la emocionante sorpresa de cumple que su bisnieta, Kimi Reynolds, de tan solo 12 años, pudo brindarle a doña María Librada. La niña ahorró de la plata de su recreo unos 100 mil guaraníes para pagar al que quiera cantarle a su bisabuela, que solo quería eso, escuchar que alguien le endulce los oídos con polca y…
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Fuente: Diario Crónica PY – www.cronica.com.py