La historia se dio en Hawai y tiene como principal protagonista a un joven de 22 años, llamado Aina, quien trabaja en una tienda. El mismo, dentro de la rutina de su laburo, se encontró un día con una billetera tirada. A partir de ahí fue como “frotar la lámpara”.
Lo primero que hizo fue revisar de quien era. Así, se dio cuenta que pertenecía a una mujer. Rastreó, mediante sus datos, el lugar donde vivía y pudo fijar un encuentro en la casa de la misma. Se subió a su bicicleta…
Leer la nota completa: Aquí
Fuente: Diario Crónica PY – www.cronica.com.py