Con periódicos bajo el brazo y una mochila cargada de sueños, Édgar Fabián Toledo Benítez (27) recuerda su infancia, quien hasta hace unos días se desempeñaba como canillita. Con esa labor, se propuso dos metas: ayudar a su familia y tratar de pagarse los estudios en la Facultad. Y lo hizo.
Con tenacidad y fortaleza transformó esos momentos sumamente sacrificados en un presente colmado de orgullo. Hoy, Édgar dejó su profesión de canillita para calzarse su uniforme de…
Leer la nota completa: Aquí
Fuente: Diario Crónica PY – www.cronica.com.py